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Es novedad el Concierto para violín de André Previn, dedicado a Anne-Sophie Mutter y estrenado en marzo de 2002. Es posible que de ese encuentro naciera el amor que ahora los une. Previn es capaz de hacer buena música de escritura grata, levemente disonante, cuajada de agradables efectos tímbricos. Hay momentos en los que percibimos ecos del concierto de Berg, tal es la finura con la que cocina el material el director y compositor americano, que ha redactado una obra -quizá demasiado larga para- en tres movimientos: Moderato, Cadenza-Slowly (desnudo y sugerente) y Andante (variaciones sobre una canción alemana de la niñez del autor). No hay duda de que la Serenade según El banquete de Platón de Bernstein, para violín, cuerda, arpa y perscusión, es un antecedente, con su lenguaje a veces jazzístico, tierno y evocativo en otras. Cada uno de los cinco movimientos está dedicado a una figura del diálogo del filósofo. Esta versión es de las mejores, con una Mutter sensible, de sonoridad mágica, que obra maravillas asimismo en la partitura de Previn.